Viva Con Agua

Hamburg, Germany

Title: Minas de Plata Potosi & Salar de Uyuni, Bolivia (Turista a lo Pobre / Capitulo 3)
Views: 324


Description:
Se recomienda ver en HD (marca HD bajo el video) Facebook Oficial: http://www.facebook.com/turistaalopobre Potosi Escondrijo de un pasado colonial glorioso, pero con una fuerte explotación y sufrimiento minero, Potosí nos recibió con un tiempo bastante gris. Poco queda de su aparente brillo de antaño, y a pesar de ser patrimonio de la humanidad, la preocupación por mantener la ciudad en buen estado deja un poco que desear. Con abundantes construcciones coloniales, no se nos hizo tan difícil imaginar cómo fue la vida ahí hace ya bastantes años. Eso sí, con el frío y las nubes, sumado a las pistolas de agua con que jugaban los niños, se nos quitaron un poco las ganas de recorrer. La fiesta seguía presente en todos lados después de los días de Carnaval. Sin embargo, igual la curiosidad nos llevó a seguir paseando. Gracias al auge minero del Cerro Rico, Potosí se fue convirtiendo en una ciudad próspera, con un comercio en expansión que llevó a la construcción de todas las casas coloreadas (aunque ya desteñidas), las muchas iglesias, plazoletas, entre otros, del lugar. Los balcones entallados de madera nos sorprendieron con su hermosura, en diferentes rincones de las pequeñas callecitas de adoquines. Visitamos también la Casa de la Moneda, con su singular bienvenida: el Mascarón, con una cara sonriente, quizás del Dios de la Vendimia, Baco, aunque otras interpretaciones no sobran. La presencia de esta casa de la Moneda es síntoma del auge minero que tuvo Potosí, convirtiéndose en un centro económico durante la época colonial. En este lugar pudimos ver exposiciones de arte colonial, especialmente de la escuela potosina, además de las maquinarias usadas para hacer las monedas. Colecciones de monedas, de armas, algunas muestras arqueológicas también nos entretuvieron por harto rato. Aunque Potosí sigue siendo una ciudad viva y con su constante actividad minera, es claro que lo que se ve es tan sólo un recuerdo desvanecido de lo que pudo ser en el pasado. Y como el motor de toda la historia de la ciudad son las minas de plata, no podíamos quedarnos sin verlas. Partimos con nuestros trajes de minero, pesadas botas (pues la mina en época de lluvia está inundada), casco y luz en la frente para adentrarnos en lo profundo de la tierra. El espacio era bastante estrecho para caminar. ¡Teníamos que andar agachados para no chocar con el techo! Había sectores en los que hacía difícil respirar, por la alta concentración de gases y minerales, pero había espacios más altos y con más ventilación. Imaginar que nosotros tan sólo caminábamos observando, era bastante perturbador si pensamos que los mineros debían respirar ese mismo aire haciendo una fuerza impresionante para arrastrar los carros llenos de mineral. El suelo cubierto de agua, en algunos lugares más profunda que en otros, se coló por las botas rotas de algunos. Nos mostraron las vetas de los minerales, cómo se trabaja, las herramientas que se usan, etc. Los mineros que trabajaban en donde estuvimos eran todos independientes, y nos explicaron que reciben bastante poca paga para todo el trabajo que realizan. Conocimos al Tío, deidad de los mineros del Potosí, Dios de la profundidad de la mina, a quienes los mineros veneran con fuerte alcohol y otros elementos festivos. También compartimos pequeños momentos con los mineros, quienes trabajan masticando coca y permanecen días completos dentro de la mina. Algunos de manera solidaria llevaban un sticker de la bandera chilena con un 33 en sus cascos. Sin duda una experiencia algo claustrofóbica, pero inolvidable, para aproximarnos a comprender la vida de una ciudad que nació y sigue existiendo gracias al motor que la impulsó, el comercio de la minería de la plata y el oro. Uyuni La ansiedad de llegar a Uyuni, que ya conocíamos por fotos, era grande. Sin embargo, el camino se nos hizo eterno: tomamos un bus, que no salió barato, enanísimo, con las mochilas en el techo (y muchísima lluvia), con goteras que nos tuvieron con capa de agua todo el camino…sin mencionar la imposible cantidad de gente que iba en los pasillos, cargadísimos con paquetes. Con una cholita a medias sobre el asiento, más las goteras, el viaje se dividió entre tratar de no mojarnos, soportar el olor a TODO encerrado en el bus e intentar dormir para que el recorrido pasara más rápido. Pero como toda aventura, se sufre cuando se vive, se disfruta al recordarla. Llegamos a Uyuni pasada la media noche, cansados y observando las fiestas en la calle. El carnaval seguía. Pasamos la noche (en que no paró de llover) y al día siguiente nos enteramos que era imposible visitar el salar, no sólo por el mal tiempo, sino también porque los conductores (debido a las fiestas) no estaban en condiciones de manejar. Sumémosle a eso que no había donde conseguir bencina porque era feriado. Así es que nos quedamos aguantando las ganas y aprovechamos de recorrer el pueblo, enano, algo muerto, lleno de turistas, pero con rinconcitos dignos de ser recorridos. Uyuni es un lugar pequeño, con calles amplias y repleto de 4x4. Por todos lados hay locales de Internet (bastante malos), lugares para comer rico, oficinas de turismo y transporte y tiendas de artesanía. Naturalmente la ocupación principal del lugar es el turismo. Encontramos una colorida estación de trenes, que nació para trasladar el mineral de la plata, (aunque no mucho queda de la vieja construcción), un monumento a la libertad bastante particular, otro al obrero ferroviario, entre otros. Con bastante frío (cuando se iba el sol), calles inundadas, recorrimos las callecitas haciendo tiempo para el día siguiente, esperando ansiosos para conocer el famoso Salar de Uyuni. Luego de esperar bastante rato en una oficina, nos subimos a una 4x4 con dos holandeses, Titus y Bram, una danesa, Rikke y un inglés, Scott, nuestro guía con un nombre muy particular, Pánfilo y su encantadora hija, Elli, de quien nos hicimos amigos. El camino algo complicado por toda la lluvia que había caído, nos llevó primero al cementerio de trenes. Uyuni fue el primer lugar de Bolivia que tuvo ferrocarril y éste conectaba con Antofagasta principalmente para el traslado de productos mineros. Cuando Uyuni dejó de ser un lugar tan rentable como en sus comienzos, muchos trenes comenzaron a caer en desuso terminando abandonados acá en medio de la nada. Y por mucho fierro oxidado y máquinas que ya no cumplen su función, el paisaje es precioso y los contrastes entre los aparatajes abandonados, el suelo terroso, las montañas circundantes y el cielo azulísimo, nos dejaron encantados. Seguimos el camino al esperado Salar de Uyuni y pasamos al pueblito artesanal de Colchani. Ya al vislumbrar el salar a la distancia nos quedamos con la boca abierta. No podíamos más que observar el color blanquecino del salar inundado en agua que hacía las veces de espejo con un cielo azul lleno de nubecitas hermosamente formadas. De cuando en cuando nos cruzábamos con cerritos de sal, formados por la misma gente, según nos dijo Pánfilo, que adornaban también el paisaje. Aprovechamos de jugar en el agua, que estaba tibia por el sol, y aunque los pies dolían un poco por los grumos de sal, era demasiado entretenido el jugar con el paisaje y nuestro propio reflejo como para preocuparnos de eso. La sensación de sentirse en una inmensidad en que es difícil distinguir entre el suelo y el cielo, nos mantuvo ahí disfrutando la belleza del lugar por mucho rato caminano en las nubes en el desierto de sal más grande del mundo (12.000 km2). Sitio Oficial: http://www.turistaalopobre.com I don't own the music of this video. LAYA PROJECT - WATER SIDE http://www.earthsync.com/cat.asp?catalogid=24 THE SPEAKEASIES - HOLD OUT YOUR HAND - http://www.departuresentertainment.com/shopping.html A.R. RAHMAN - KAISE MUJHE (INSTRUMENTAL) - http://www.arrahman.com DAVID ENGLE - RIKKI BOBBI - http://www.departuresentertainment.com/shopping.html RYAN LATHAM - THE PAST BEFORE MY EYES - http://www.departuresentertainment.com/shopping.html FLORENCE & THE MACHINE - DOG DAYS ARE OVER - http://www.florenceandthemachine.net